Manuel Seral Coca

Durante mucho tiempo, estuve convencido de que estos poemas me pertenecían en exclusiva y que jamas debieran ver la luz, pero hoy, entrando en el año 1996, pienso que editarlos es una forma de exorcizar el recuerdo y de entregar a quien desee leerlos no solo una historia triste, sino también la belleza de un símbolo: la rosa azul, representación del amor idealizado que todos podemos llegar a concebir en nuestro corazón, no importa que sea fugaz o definitivo, no importa que cause alguna vez dolor, sólo importa esa extraña plenitud que marca en el alma casi tanto como el ideal espiritual.

Con el tiempo, he aprendido que la rosa azul es mas que un nombre o una persona, es un símbolo al que podemos acceder de muchos otros modos y mas alla de las personas que la encarnen, como si el amor trascendiera al individuo y se proyectara, mas alla de él y a través de él, hacia un concepto no humano, trascendente, metafísico y absolutamente hermoso.

Que estos poemas sirvan, también, para que los que alguna vez han amado y han perdido sepan que es posible alcanzar aún mas el amor sublime cuando se ha conocido alguna vez. Sean, pues, aunque no lo parezcan, un canto a la esperanza.

A mi rosa azul primera, Nieves, y a las escasas pero valiosas rosas azules que han perfumado mi vida dandome el aliento de la esperanza y la convicción del amor tanto humano como cósmico.